(Albert Einstein)
"También a mí me han arrojado
los dardos del odio, pero, nunca
me han dado en el blanco,
porque de alguna manera,
ellos pertenecen a otro mundo
con el que yo no tengo nada que ver".
Hermosa frase de Albert Einstein. Físico alemán, de origen judío, nacionalizado suizo y estadounidense, quien es considerado el científico más grande del siglo XX.
Él siempre me ha parecido una persona excepcional, no sólo como científico, sino por su valor como ser humano. De él he aprendido muchas cosas, y en éste caso, sobre el perdón, de no permitir que los comentarios malintencionados que otras personas hagan sobre nosotros, hagan crecer en nosotros la semilla del odio, o de no perdonar a quien trata de hacernos daño, justificándonos en albergar malos sentimientos en nuestro corazón.
Como alguien dijo en una oportunidad, cuando perdonamos nos estamos poniendo en un nivel más elevado que el que trata de ofendernos.
Efesios 4:32: "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo".
Somos una entidad sin ánimo de lucro que busca mejorar el nivel de vida de las madres cabeza de familia mediante asesorías y cursos para incursionar en el campo laboral, igualmente en alimentos Quienes deseen ayudarnos a cumplir nuestro objeto social pueden escribirnos a: fundacionhuellasmaternales@hotmail.com. Hacer su donación: Cuenta de Ahorros Bancolombia: 006-889933-85. Estamos ubicados en Medellín, Antioquia-Colombia.
lunes, 31 de marzo de 2014
lunes, 3 de marzo de 2014
Permíteme
(Rabindranath Tagore)
Hermosa oración de este gran poeta.
Permíteme orar,
no para obtener protección contra los peligros,
sino para afrontarlos sin temor.
Permíteme pedir, no alivio a mi dolor,
sino el valor de superarlo.
Permíteme buscar en el campo de batalla de la vida,
no aliados, sino mi propia fortaleza.
Permíteme no suplicar, temeroso por mi salvación,
pero si tener paciencia para conseguir mi libertad.
Concédeme que no sea un cobarde,
sentir tu misericordia en mi triunfo solamente;
pero, deja que en mi fracaso,
encuentre el apretón de tu mano.
Hermosa oración de este gran poeta.
Permíteme orar,
no para obtener protección contra los peligros,
sino para afrontarlos sin temor.
Permíteme pedir, no alivio a mi dolor,
sino el valor de superarlo.
Permíteme buscar en el campo de batalla de la vida,
no aliados, sino mi propia fortaleza.
Permíteme no suplicar, temeroso por mi salvación,
pero si tener paciencia para conseguir mi libertad.
Concédeme que no sea un cobarde,
sentir tu misericordia en mi triunfo solamente;
pero, deja que en mi fracaso,
encuentre el apretón de tu mano.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)