"Si usted trabaja para un hombre, ¡Por Dios, trabaje para él!
Hablé bien de él y sea fiel a la Institución que él representa.
Si usted tiene que murmurar, condenar o encontrar faltas constantemente, mejor es que renuncie a su puesto y cuando esté fuera, de rienda suelta a la maldad de su corazón.
Pero mientras usted sea parte de la Institución, ¡No la censure de mala fe! Si lo hace, la primera ráfaga de viento que pase se lo llevara... y probablemente usted nunca sabrá por qué".
En el campo laboral, la lealtad es trabajar no solamente por lo que nos están pagando sino porque se tiene un compromiso con la empresa que nos contrata, los empleados no deben dar a conocer aspectos que puedan afectar una empresa, no dar a conocer sus actividades, bien sean ideas, productos, decisiones de la empresa, o las estrategias de mercado, por esto muchas empresas hacen firmar a sus empleados contratos de confidencialidad.
En nuestra vida cotidiana la lealtad se relaciona con la amistad, el cariño, el respeto, la solidaridad. Es parte de la lealtad no dar a conocer las confidencias depositadas en nosotros.
Lo contrario de la lealtad es la traición, en relaciones de pareja se conoce como infidelidad, no ser leal con la persona con la que se entabló un compromiso sentimental.